¡Buenos días! ¿Eres traductor o traductora? ¿Ardes en deseos de saber cómo funciona una memoria de traducción y si podrá ayudarte en tu trabajo? En esta entrada y en las próximas te mostraremos la solución, pero iremos paso por paso.
Lo primero que has de saber es qué es una memoria de traducción y para qué sirve. Pues bien, una memoria de traducción es un fichero que se puede utilizar mediante un sistema informático de memorias de traducción. Consiste en algo muy simple: las ideas (es decir, las frases) del texto original y de la traducción de este se guardan alineadas. De este modo, una vez que el sistema encuentra una frase similar o parecida, propondrá la traducción precedente.
Algunos de los sistemas de memorias de traducción más conocidos son: Trados, Déjà Vu, Wordfast, Transit o MetaTexis.
La memoria de traducción puede irse creando de manera natural; es decir, a medida que se traduce o mediante traducciones anteriores.
Para conseguir tener ese corpus paralelo que será la base de nuestra memoria de traducción, es preciso realizar un proceso de alineación. Este proceso compara el texto de origen y su traducción, hace coincidir los segmentos correspondientes, que son considerados como unidades de traducción de una memoria de traducción.
Déjà Vu, sistema de memorias de traducción en el que no vamos a centrar, alinea los textos de forma automática. Sin embargo, la alineación puede presentar problemas: los formatos de ambos textos pueden no coincidir o, algo bastante común, un segmento del texto origen se puede dividir en dos en el texto traducido (o al revés, por supuesto).
Por ello es importante que revisemos la alineación que nos propone el programa, en este caso, Déjà Vu.
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